martes, 27 de mayo de 2008

OrgaNizacióN del cu3lgue dañiNo

¿Dónde me quedé? Cuesta comprenderlo, mucho ruido en la cabeza que no te deja ver. Mejor hago una lista, quizás los acontecimientos se dieron de alguna manera algo desquiciada y ordenarlos lleva a algún lugar (digo esto como si el cerebro de uno fuera un espacio físico donde se pone en escena una obra con demasiados argumentos):

sentidos atrofiados (ok)
mente extraviada (ok)
estupidez imperante (ok)
tibio intento de rectificación (ok)
evasión cobarde sostenida en el tiempo -cuelgue dañino- (ok)
pérdida irrevocable (ok)
angustia, mucha angustia (ok)
replanteos tardíos (ok)
sensación de haber despertado (ok)
angustia espontánea e irregular (ok)
tristeza ante el pasado (ok)
indicios de estado de equilibrio (ok)

breves destellos de desesperación, aunque en un segundo plano (ok)
más tristeza por la pérdida -es amor lo que sangra- ahora más real (ok)
pequeñas proezas con la sensación "debería haber pasado antes" (ok)
nuevo rumbo, no tan lejano (ok)
futuro tan lleno de posibilidades que ya ni sé (...)
estado de equilibrio pleno, una vez dados todos los factores constitutivos de una vida más o menos planeada, pensada, deseada, querida, besada, abrazada y demás (...)
o más bien un recuerdo triste del pasado cercano (...)

Lo que ahora me pregunto es si es este el espacio donde volcar todo esto, aunque las palabras tengan otro ritmo algo más vertiginoso, víctimas de la improvisación sensasorial descontrolada. Veremos, veremos...

sábado, 24 de mayo de 2008

Absurdo

Estaba ahí sentado sin hacer nada. Miraba el agujero del cable de la lámpara, un empaste de plástico, mugre y telas de araña. Le pareció feo.
Era una noche tranquila, no pasaban casi autos por la calle. Una moto rompió el silencio, el ruido entrecortado del escape que se hacía más fuerte y más agudo. “Frenaron cerca”, pensó. Dos voces muy nasales le confirmaron su supocisión. Parecían discutir sobre algo importante, o por lo menos digno de ser discutido a los gritos. En ese momento se los imaginó; la Honda bis, la gorra, las lengüetas de las zapatillas por afuera del pantalón.
La bala rompió un vidrio, apenas miró para atrás. El líquido rojo chorreó por el borde de la mesa.